1. “Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría (que) no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos”: César Vallejo.
La Asamblea, al aprobar la Ley de Comunicación sin debatirla, proclama su condición de nacer muerta, pues renuncia a su esencia: debatir los fundamentos y alcances de las leyes que aprueba. Esta era una nueva Asamblea, y por tanto no cabía votar proyectos discutidos en otra anterior, y menos aún si se incluyeron nuevas disposiciones. ¡Ay, asambleístas que renuncian a su derecho y su responsabilidad! “Triste destino. El no haber sido sino muertos siempre. El ser hoja seca, sin haber sido verde jamás. Orfandad de orfandades “.
2. “Linchamiento: acción de linchar. Linchar: Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo”. Diccionario RAE.
Charles Lynch fue jefe de un grupo de independentistas de Virginia en el siglo XVIII, que incitó a la masa a ejecutar (matar) sin proceso alguno a un grupo de “lealistas”. Linchamiento “poético”: “-¿Quién mató al comendador?- Fuente Ovejuna, señor”, Lope de Vega. Linchamiento histórico que avergüenza : el de Alfaro y sus lugartenientes. ¿Linchamiento mediático? Aun el poeta Javier Ponce concordará conmigo que es una pésima metáfora. ¿Qué cabe pensar de una ley que crea un delito a partir de una pésima metáfora, con el propósito de preservar al poderoso y sus funcionarios de cualquier indagación sobre sus actos? ¿Qué pensar de quienes aprueban tamaño disparate legal? Orfandad de orfandades…
3. Tumultuariamente se grita: “La palabra ya es de todos”.
¿Cuándo la palabra, si por tal queremos referirnos a la condición básica de la convivencia humana, el lenguaje, no ha sido de todos? El disparate encubre, sin embargo, una realidad política de otra naturaleza: el silenciamiento de la Asamblea, la sumisión total. Expresa, cuando menos, el deseo de silenciar a quienes discrepan, de suprimir los espacios de debate y disensión, de acabar con la “polis”. Manifiesta el deseo de que todos repitan la única palabra, la del único: führer, duce, caudillo o comandante…
4. Monopolio mediático: De acuerdo, hay que impedir el control monopólico de los medios. Pero ¿quién detenta el control absoluto de los “medios públicos” en el Ecuador? ¿Son acaso “públicos”? ¿Quién va a repartir las frecuencias a los medios comunitarios? ¿A qué “comunas”? Dicen que van a democratizar a los medios “para que no sirvan al gran capital”. ¿Alguien cree que este es un régimen anticapitalista? ¿”Gran capital”? ¿No lo es el de las empresas mineras?
5: Talvez la nueva Superintendencia contribuya, a través de la censura, a aguzar la ironía y hasta a mejorar el estilo de periodistas y articulistas. Jamás podrá abolir la libertad de la palabra. ¿O no, blogueros y twitteros?
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: https://www.elcomercio.com/opinion/linchamientos.html